Es habitual leer o escuchar los términos parto vaginal y parto natural como si se tratara de lo mismo, aunque no lo son. El parto natural es siempre un parto vaginal, por contra, un parto vaginal no tiene por qué ser necesariamente un parto natural. Te explicamos los matices y lo que implica cada uno.

Frecuentemente se habla de parto natural y vaginal indistintamente, como si ambos tipos de parto fueran exactamente lo mismo. Sin embargo no son equivalentes, aunque a veces es normal la confusión entre estos términos. 

Por ejemplo, una mujer que ha tenido un parto natural lógicamente ha tenido un parto vaginal. En cambio, el parir vaginalmente no implica necesariamente que el parto sea natural. Es decir, que no todas las mujeres que han tenido partos vaginales han sido de forma natural.  

Un parto natural es siempre vaginal, por el contrario un parto vaginal puede o no ser natural. 

Tener un parto natural significa que la mujer ha parido a su bebé de manera totalmente natural, sin intervención médica e instrumental de ningún tipo. El trabajo de parto sigue su curso natural respetando los tiempos fisiológicos hasta el momento del expulsivo. Se trata por tanto de un parto eutócico.

El parto vaginal puede producirse de diversas formas, puede ser natural, pero también puede ser aplicando previamente anestesia epidural a la madre, con la realización de una episiotomía, con el uso de oxitocina sintética para inducir el parto o utilizando fórceps, etc. En todos estos casos se trata de partos vaginales, pero no pueden ser considerados naturales ya que se ha realizado algún tipo de intervención, por lo que se trata de partos distócicos. 

Recordemos que el parto vaginal es eutócico cuando se produce de forma natural y distócico cuando es intervenido, por lo que el parto natural es siempre eutócico.

Parto natural

El parto natural se define como el proceso fisiológico único con el que la mujer finaliza su gestación a término, en el que están implicados factores psicológicos y socioculturales. Su inicio es espontáneo, se desarrolla y termina sin complicaciones, culmina con el nacimiento y no implica más intervención que el apoyo integral y respetuoso del mismo. Esta es la definición que hace la FAME (Federación de Asociaciones de Matronas de España) y que ha sido asimilada por distintos organismos e instituciones sanitarias.

El objetivo del parto natural consiste en respetar el tiempo del proceso fisiológico y las necesidades físicas y emocionales de la mujer. Se trata de que la experiencia del parto resulte más gratificante y satisfactoria para la mujer. Con esto se evitan los métodos que han venido siendo tradicionales, más traumáticos e invasivos. 

Para cumplir el objetivo del parto natural es necesario cumplir con una serie de premisas, como por ejemplo: 

• Facilitar a la mujer y a su acompañante un entorno cómodo y cálido durante todo el proceso del parto.
• Respetar su intimidad. Sin personal entrando y saliendo continuamente de la habitación, solo con la presencia de la matrona o del ginecólogo cuando sea necesario.
• Libertad de movimiento. Es fundamental que la futura madre pueda moverse libremente y adoptar la postura que más cómoda le resulte o le haga sentir mayor alivio.
• Disponer de recursos alternativos para el alivio del dolor. El espacio en el que la mujer realiza el trabajo de parto debe contar con diferentes recursos para el alivio del dolor. Como pelotas de pilates, bañeras de dilatación, masajes, etc.  

Parto natural en el agua

El parto natural en el agua, también conocido como parto acuático, emerge como una alternativa atractiva para las mujeres que buscan una experiencia de parto más natural, respetuosa y cercana a su esencia. Sumergida en una piscina de agua templada, la futura madre se encuentra en un oasis de tranquilidad donde el dolor se atenúa y la conexión con su cuerpo se intensifica.

En este entorno acuático, la mujer puede moverse libremente, adoptar la posición que le resulte más cómoda y disfrutar de los beneficios relajantes del agua. Las contracciones uterinas se vuelven menos intensas, la ansiedad se disipa y la experiencia del parto se transforma en un viaje armonioso y memorable.

Parto médico o intervenido

Aquí entran múltiples posibilidades que pueden surgir en función del desarrollo del embarazo y el parto. Por ejemplo, hablamos de parto vaginal médico o intervenido:

• Cuando se coloca a la mujer en posición de litotomía (boca arriba con las piernas elevadas)
• Cuando se trata de un parto inducido.
• Si se utiliza anestesia epidural.
• Se utiliza oxitocina sintética.
• Cuando se realiza una episiotomía. 
• Al entubar o poner una vía canalizada a la mujer.
• Por supuesto cuando se utiliza ventosa o fórceps es un parto vaginal instrumentado.

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