El parto normal o parto natural respetado es el modelo de asistencia al parto de bajo riesgo recomendado por organismos nacionales e internacionales como el Ministerio de Sanidad, la OMS o UNICEF, así como distintas Asociaciones de Matronas. Sin embargo, todavía se escuchan algunas voces detractoras o se ponen excusas para no aplicarlo.

Para que no te dejes confundir vamos a tratar de aclarar algunos de estos mitos infundados.

El dolor es subjetivo y la intensidad con la que se presenta varía en cada mujer y en cada parto. No obstante, el parto natural respetado tiene como principio fundamental que el proceso del parto siga su curso fisiológico pero siempre con el menor dolor posible.

Para ello se utilizan métodos naturales para disminuir el dolor de las contracciones, como pueden ser la bañera de agua caliente, los masajes relajantes o la libertad de movimiento. Esta última es esencial para que la mujer adopte la posición que le resulte más cómoda en cada momento en lugar de adaptarse a la comodidad del personal que la atiende. Sin embargo, esto ha venido sucediendo desde hace muchos años de forma normalizada. De hecho, estar inmovilizada y tumbada en una cama no es la postura más natural ni ayuda a aliviar el dolor.

Con respecto a la bañera, puede utilizarse para mitigar el dolor de las contracciones y también para dar a luz. Son muchos los beneficios del parto en el agua, por lo que es una alternativa a tener en cuenta.

Además, durante un parto natural el organismo libera endorfinas, un analgésico natural que relaja a la mujer y le ayuda a sobrellevar el dolor. Por otra parte, las contracciones estimulan la oxitocina, también llamada “la hormona del amor”. Esta hormona facilita la dilatación y prepara a la madre para establecer un vínculo especial con su bebé.

La analgesia epidural es un método eficaz contra el dolor de las contracciones, pero también se trata de un método invasivo que interfiere en el parto. Por tanto, la epidural conlleva una serie de riesgos y efectos secundarios que la mujer debe conocer y tener en cuenta para tomar una decisión informada. El aumento de partos instrumentales, la pérdida de capacidad de pujo, expulsivos más prolongados o el fracaso de la lactancia son algunos de los riesgos que produce la epidural.

El Ministerio de Sanidad incide en la importancia de informar a la mujer de los riesgos y consecuencias de la analgesia epidural y propone otras técnicas para disminuir el dolor más seguras para la madre y el bebé. Además de las ya mencionadas, también hay otras como el uso de pelotas de parto, las inyecciones de agua estéril, la acupuntura o la inhalación de óxido nitroso. 

El parto sin epidural supone una serie de ventajas, como la libertad de movimiento, mayor control de la mujer sobre su cuerpo y el proceso del parto y una recuperación más rápida del mismo. 

Tampoco hay que olvidar los propios recursos que proporciona el organismo durante el parto natural, las endorfinas y la oxitocina.

Una cesárea sólo debe realizarse cuando sea estrictamente necesario por cuestiones de salud para la madre y/o el bebé. 

Esperar a que llegue el inicio del parto de forma espontánea y natural cuando el cuerpo se encuentre fisiológicamente preparado tiene muchos más beneficios.

Por ejemplo, las contracciones te aseguran que tu hijo está preparado para nacer y disminuyen la posibilidad de que el bebé sufra los problemas respiratorios que tienen muchos niños nacidos por cesárea. Al mismo tiempo, la recuperación de un parto natural es más rápida y reduce la incidencia de padecer depresión postparto. 

Y estas son sólo algunas de las ventajas del parto natural respetado, pero hay muchas más, como el momento único y especial que supone para la madre y el bebé.

El parto no debe ser programado e inducido salvo que se trate de un parto de riesgo. La Organización Mundial de la Salud recomienda reducir la tasa de cesáreas y solo practicarla “cuando está justificada desde el punto de vista médico”. La propia OMS afirma que “no están demostrados los beneficios del parto por cesárea para las mujeres o los neonatos en quienes este procedimiento resulta innecesario”.

Sin embargo, en España durante los últimos cuarenta años se ha visto una drástica caída de los partos en fechas determinadas debido al aumento de los partos inducidos y las cesáreas. No es casualidad ver que los partos disminuyen los fines de semana y festivos.

Para que se produzca un parto natural y respetado no es necesario que el hospital cuente con grandes dotaciones excepcionales. Es suficiente contar con espacios agradables y confortables para que la mujer pueda realizar el trabajo del parto y dar a luz sintiéndose lo más cómoda posible. Un lugar cálido y seguro donde se sienta protegida y pueda estar acompañada por la persona que haya elegido para vivir ese momento tan especial.

Elementos tan importantes en una sala de parto natural como la pelota de pilates, lianas o silla de parto, así como una bañera donde poder dilatar y dar a luz si se desea un parto en el agua, son completamente posibles y no requieren de grandes inversiones. Solo es necesario, eso sí, contar con el espacio y querer hacerlo.

También es fundamental contar con personal sanitario especializado en parto natural respetado y resulta vital el trabajo de las matronas. Además de la formación adecuada, es esencial que el personal empatice con la mujer, que la escuche y entienda la importancia de respetar sus necesidades y deseos durante todo el proceso del parto y postparto.

Si quieres ser dueña de tu cuerpo y de tus propias decisiones no lo dudes y ponte en contacto con nuestro equipo. 

En One to One somos expertos en parto natural respetado. Nuestra filosofía de trabajo se basa en el respeto al curso natural del parto y el respeto a la voluntad y necesidades de la madre.