La cesárea es uno de los métodos más frecuentes de asistencia al parto. Se trata de un procedimiento quirúrgico que se realiza para extraer al bebé del útero de la madre cuando no es posible un parto vaginal. 

Sin embargo, esta técnica que sólo debería practicarse por motivos de salud para la madre y/o el bebé, se utiliza a veces de forma innecesaria. La OMS y otros organismos y profesionales sanitarios recomiendan reducir el número de partos por cesárea y advierten de sus riesgos como intervención quirúrgica que es.

Qué es el parto por cesárea

El parto por cesárea es el alumbramiento de un bebé a través de una incisión que se hace en el abdomen y el útero de la madre. 

La cesárea es, por tanto, una técnica quirúrgica que se realiza para extraer al bebé y la placenta del útero materno cuando por alguna causa no es posible el parto vaginal. Se practica cuando el médico determina que es el procedimiento más seguro para la madre, para el bebé o para ambos. 

La incisión que se realiza puede ser vertical o transversal. La vertical va del ombligo hasta la línea del vello púbico, y la transversal u horizontal se extiende a través de la línea del vello púbico. Aunque el tipo de incisión depende de las circunstancias de la madre y del bebé, es más frecuente la incisión uterina transversa. Este tipo de incisión aumenta la posibilidad de un futuro parto vaginal, además conlleva menor sangrado y sana mejor.

Para realizar la intervención se utiliza anestesia epidural, previamente se coloca un catéter endovenoso para mantener la hidratación e inyectar la medicación necesaria.

Existen dos tipos de cesárea: programadas y de urgencia. 

• La cesárea programada se realiza cuando se conoce previamente la causa que hace necesaria esta intervención. 
• La cesárea de urgencia se realiza cuando surge una complicación durante el trabajo de parto y es necesario intervenir para evitar riesgos en la salud de la madre, del bebé o de ambos.

Declaración de la OMS sobre las tasas de parto por cesárea

El parto por cesárea sólo se debe realizar cuando sea estrictamente necesario por cuestiones de salud para la madre y/o el bebé. 

Sin embargo, se da con más frecuencia de lo recomendado por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y el Ministerio de Sanidad. Las Asociaciones de Matronas también denuncian una práctica abusiva de la cesárea.

La OMS y otras instituciones y profesionales de la salud recomiendan reducir la tasa de cesáreas. De manera que sólo debería realizarse cuando es médicamente necesaria, y no siempre es así.

Mientras se considera que la tasa ideal de cesárea debería oscilar entre el 10% y el 15%, la realidad es que uno de cada cuatro bebés nacen mediante esta intervención quirúrgica.

Asimismo, se recomienda reducir las intervenciones médicas para favorecer y fomentar el parto natural sin intervención, respetado o humanizado en los partos que se desarrollan sin complicaciones.   

Aunque puede salvar vidas, la cesárea a menudo se realiza sin necesidad médica, poniendo a las mujeres y a sus bebés en riesgo de problemas de salud a corto y largo plazo.

Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud.

También es fundamental que las mujeres sanas con embarazos de bajo riesgo conozcan todas las opciones que tienen para dar a luz y elegir libremente cómo quieren que sea su parto.

Riesgos del parto por cesárea

Aunque la cesárea es una técnica segura con una tasa de complicaciones serias baja, como cualquier procedimiento quirúrgico conlleva una serie de riesgos. La probabilidad de que aparezcan ciertas complicaciones después de una cesárea es más alta que tras un parto vaginal. 

Estas son algunas de las posibles complicaciones que pueden surgir del parto por cesárea:

Pérdida de sangre 

La cesárea puede provocar un sangrado intenso durante y después del parto.

Reacción a la anestesia

Como en cualquier procedimiento quirúrgico, pueden presentarse reacciones a cualquier tipo de anestesia.

Desprendimiento anormal de la placenta

Sobre todo en mujeres con un parto por cesárea anterior.

Lesiones

Son poco frecuentes, pero durante una cesárea pueden producirse lesiones quirúrgicas en la vejiga o en los intestinos.

Infección 

Riesgo de contraer una infección en el útero, en la vejiga o en la herida provocada por la incisión.  

También produce dificultad para orinar y retraso en el regreso de la función intestinal.

Coágulos sanguíneos

Aumenta el riesgo de desarrollar coágulos de sangre dentro de una vena, sobre todo en las piernas o en la pelvis (trombosis venosa profunda).

Problemas en futuros embarazos 

Un parto por cesárea puede producir un mayor riesgo de placenta previa y placenta adherida en futuros embarazos. Otro riesgo es la ruptura uterina (desgarre del útero por la línea de la cicatriz) en las mujeres que intentan tener un parto vaginal en un embarazo posterior.

El parto por cesárea no solo conlleva más riesgos que el parto vaginal, además requiere un período de recuperación más largo. 

Una mujer puede tener o no un parto vaginal después de una cesárea. El parto vaginal es posible si la causa que desencadenó la cesárea no se repite y tanto el embarazo como el parto transcurren sin complicaciones. 

En este caso el principal riesgo como consecuencia de la cesárea previa es la rotura de útero, por lo que depende de si la cicatriz uterina está lo suficientemente fuerte como para resistir las contracciones. La fortaleza de la cicatriz depende del tipo de incisión uterina utilizada en el parto por cesárea. 

En las circunstancias adecuadas, la mujer incluso puede llegar a tener un parto natural después de una cesárea. 

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