El estrés, la ansiedad o la depresión durante el embarazo están asociados con problemas en la gestación y el parto, pero también con problemas sociales, emocionales y de conducta en la infancia de tu hijo. Si siempre es importante atender a la salud mental y tratarla debidamente con un especialista, aún lo es más si estás embarazada.
Ansiedad durante el embarazo
El embarazo trae consigo una montaña rusa de emociones. El cuerpo experimenta muchos cambios físicos, fisiológicos, y también hormonales, que afectan al estado de ánimo. Muchas mujeres se sienten tristes o abrumadas en distintas etapas de su embarazo, incluso después del nacimiento de su bebé. Y aunque estos sentimientos suelen desaparecer por sí solos, cuando se trata de emociones más graves pueden persistir.
El miedo e incertidumbre que se produce durante el embarazo son emociones normales, sobre todo entre las madres primerizas. Sin embargo estas inquietudes pueden ir más allá y provocar ansiedad perinatal, en este caso es un problema más serio que hay que tratar lo antes posible con atención médica.
La ansiedad perinatal no solo afecta durante el embarazo, sino que también puede tener efectos en el parto y el posparto. Consiste en una sensación de angustia y malestar emocional continua que va acompañada de múltiples manifestaciones somáticas. Es un problema mental grave que produce mucho sufrimiento a la mujer.
Muchas mujeres con ansiedad perinatal ya padecían ansiedad antes del embarazo. La ansiedad se intensifica por los temores propios que surgen durante la gestación, sobre el bienestar del bebé y su papel de madre, entre otras inquietudes. La mujer se siente angustiada porque algo salga mal y es prácticamente incapaz de relajarse y sentirse tranquila.
Este malestar constante no sólo es perjudicial para la salud de la mujer, también lo es para la del feto en desarrollo. Algunos otros efectos asociados con la ansiedad durante el embarazo son la prematuridad del parto y el bajo peso del recién nacido.
¿CÓMO EVITAR LA ANSIEDAD DURANTE EL EMBARAZO?
La práctica de la meditación y la atención plena (mindfulness) ha demostrado ser particularmente efectiva para reducir los niveles de ansiedad en mujeres embarazadas. Según un estudio publicado en BMC Pregnancy and Childbirth, las mujeres que participaron en programas de mindfulness durante el embarazo reportaron menores niveles de estrés y un mayor bienestar emocional.
Además, esta técnica no solo beneficia a la madre, sino que puede tener un impacto positivo en el sistema nervioso del bebé, favoreciendo un desarrollo más equilibrado y una respuesta más saludable al estrés en sus primeros años de vida.
Señales de la depresión y la ansiedad
Las emociones y el estado de ánimo de las mujeres con ansiedad o depresión durante el embarazo no son muy distintas a las de cualquier otra persona que padece estos trastornos. Sin embargo, en el caso de las embarazadas se suma la incertidumbre añadida por su estado y el de su bebé.
Estos son algunos de los síntomas y sentimientos más frecuentes de las mujeres con depresión o ansiedad relacionadas con el embarazo:
- Tristeza o enfado sin motivo.
- Mayor irritabilidad.
- Miedo y angustia constante.
- Desmotivación y falta de interés en cosas que antes disfrutaban.
- Les cuesta trabajo terminar las tareas que tienen que hacer.
- Sentimientos de culpabilidad.
- Tienen problemas para conciliar el sueño y relajarse.

Efectos asociados a la ansiedad en el embarazo
- Desarrollo más lento en el crecimiento del feto.
- Parto prematuro. Cuanto mayor es la ansiedad que sufre la mujer durante el embarazo, mayor es el riesgo de prematuridad. Varios estudios lo asocian al miedo al embarazo o ansiedad perinatal.
- Bajo peso al nacer.
- Malformaciones congénitas. Que la mujer viva una situación de estrés grave durante el primer trimestre puede incrementar el riesgo de malformaciones menores del feto.
- Consecuencias sobre el neurodesarrollo durante la infancia:
- Retraso en el desarrollo intelectual, sobre todo en las habilidades lingüísticas.
- Retraso en el desarrollo motor.
- Déficit de atención e hiperactividad de los 5 a los 14 años. También se asocia la persistencia del trastorno en la edad adulta y la ansiedad antenatal crónica.
- Problemas de conducta.
- Mayor riesgo de sufrir trastornos psicológicos en la edad adulta y mayores niveles de estrés.
Prevención y tratamiento
Prevenir la ansiedad comienza con el autocuidado y la adopción de hábitos saludables. Establecer una rutina que combine una alimentación equilibrada, ejercicio moderado y técnicas de relajación, como la meditación o el yoga prenatal, puede ayudar a reducir el estrés y promover un bienestar integral.
Además, es importante contar con una red de apoyo sólida, ya sea a través de la pareja, familiares o amigos, que facilite un espacio de escucha y comprensión. Identificar los factores desencadenantes de la ansiedad, como preocupaciones relacionadas con el parto o la salud del bebé, y abordarlos con un profesional de la salud mental también es esencial para la prevención.
El tratamiento de la ansiedad durante el embarazo requiere un enfoque individualizado que respete las particularidades de cada caso. Las terapias psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), han demostrado ser eficaces para gestionar pensamientos negativos y desarrollar estrategias de afrontamiento.
En casos más graves, puede ser necesario evaluar el uso de medicamentos ansiolíticos, siempre bajo la supervisión de un médico especialista, para garantizar la seguridad tanto de la madre como del bebé. Además, practicar técnicas de respiración consciente y asistir a grupos de apoyo con otras mujeres embarazadas puede ayudar a normalizar las emociones y reducir el aislamiento. La comunicación abierta con el equipo médico es clave para abordar cualquier preocupación y garantizar un embarazo emocionalmente saludable.
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