Los médicos obstetras utilizan el sistema de evaluación de los planos de Hodge para analizar el descenso y el posicionamiento del feto hacia el canal de parto. De esta forma se puede comprobar si el parto se desarrollará de forma natural o será necesario practicar una cesárea.
¿Qué son los planos de Hodge?
Los planos de Hodge son un concepto matemático utilizado principalmente en geometría algebraica, pero si los aplicamos al contexto del embarazo, podemos verlos como una forma de entender la organización y el desarrollo de las diferentes etapas del proceso gestacional.
En matemáticas, los planos de Hodge ayudan a descomponer las propiedades de un espacio complejo en diferentes niveles de estructura. Si lo trasladamos al embarazo, podríamos pensar en cada fase del desarrollo del feto como un «plano» en el que ciertos aspectos biológicos se activan, como la formación de órganos, el desarrollo del sistema nervioso y la maduración de los sentidos, todos ocurriendo en secuencias precisas.
Los planos de Hodge son un método de evaluación utilizado por los médicos obstetras para examinar a las mujeres embarazadas con el objeto de determinar la posición del feto hacia el canal de parto. El especialista comprueba el grado de descenso del feto a través del tacto vaginal y otras técnicas.
Se trata de cuatro planos que dividen imaginariamente la pelvis de la madre y sirven para calcular la ubicación del feto y evaluar el descenso de la cabeza durante la fase expulsiva del parto. Son cuatro zonas o planos numerados de arriba abajo que dividen desde la parte estrecha superior de la pelvis hasta la parte estrecha inferior.
¿Cómo y por qué se realizan los planos de Hodge?
Con el sistema de los planos de Hodge se trazan cuatro líneas paralelas imaginarias desde distintos puntos específicos dónde se dividirá la zona en cuatro partes. A través del tacto vaginal y las maniobras de Leopold se van contrastando estas zonas para evaluar el nivel de descenso y el posicionamiento fetal.
Es decir, que los planos de Hodge marcan la progresión del descenso del feto con el objetivo de ubicar su posición.
Mediante estas exploraciones el obstetra podrá saber si el parto se desarrollará de forma natural o si será necesario realizar una cesárea.
Como hemos dicho existen cuatro planos de Hodge, y cada uno de ellos sirve para evaluar la trayectoria del descenso del feto y su posición. Lo vemos con más detalle a continuación.

Los cuatro planos de Hodge
Primer plano
La línea imaginaria de este plano se inicia desde el borde superior de la sínfisis del pubis en la parte delantera hasta la unión de la quinta vértebra lumbar o la parte posterior del hueso sacro.
El obstetra comprobará si la cabeza del feto está ubicada de forma adecuada en esta zona. Puede completar la acción con la Tercera Maniobra de Leopold mediante una exploración manual para saber cómo se encuentra el polo fetal inferior encajado en la pelvis.
En el primer plano el feto todavía podría modificar su posición durante el resto del descenso.
Segundo plano
Esta otra línea imaginaria paralela se forma desde el borde inferior de la sínfisis púbica hasta la segunda vértebra del hueso sacro.
Cuando la parte más prominente de la cabeza del feto alcanza el segundo plano, la presentación al nacer ya es fija, por lo que no debería desplazarse hasta su salida.
Tercer plano
En el tercer plano la línea paralela pasa por las espinas ciáticas, yendo desde la cara anterior de la tercera vértebra sacra hasta el isquion.
Cuando la presentación fetal alcanza esta sección, la cabeza del bebé ya está encajada. Se puede comprobar fácilmente a través de un tacto vaginal o las maniobras de Leopold.
Los bebés están próximos al nacimiento cuando se encuentran ubicados en el tercer plano. Generalmente la cabeza se sitúa en esta sección cuando la dilatación alcanza una fase activa.
Cuarto plano
En este último plano la línea imaginaria, paralela a las demás, se inicia desde la parte posterior del vértice del hueso sacro.
Al alcanzar este nivel el bebé está a punto de nacer y su cabeza se percibe fácilmente mediante el tacto vaginal. Si las membranas están intactas se puede apreciar un abombamiento, y si las membranas están rotas se puede observar la cabeza del bebé.
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